Picaflores


Cuando los primeros españoles llegaron a América y se encontraron con estas pequeñas aves desconocidas en el viejo mundo, llegaron a pensar que se trataba de insectos y uno de los primeros nombres con que los bautizaron fue "Pájaro Mosca".


En América, se distribuyen desde Tierra del fuego hasta Alaska. Hay unas 323 especies, de las cuales aproximadamente 246 son exclusivas de Sudamérica, 29 están presentes en Argentina, 9 en Uruguay y 12 en Chile.


El Picaflor zunzuncito o abeja (Mellisuga helenae), de Cuba, mide sólo 5 cm. y en Argentina, el Picaflor Amatista (Calliphlox amethystina) mide 6 cm y pesa entre 2.3 y 2.8 gr. La especie más grande, el Picaflor Gigante (Patagona gigas), mide unos 22 cm.


La mayoría de los colibríes presenta un plumaje muy vistoso. La micro estructura particular de sus plumas y el ángulo de incidencia sobre estas de la luz, los hace verse de brillantes colores (tornasolados, colores estructurales) en donde, si bien predominan los verdes, aparecen rojos, naranjas, azules, amarillos, etc. Esta característica es más visible en los machos y suele destacarse en las crestas y colas.


Este tipo de plumaje ocasionó la captura y muerte de cientos de miles de Picaflores para ornamentar sombreros y prendas femeninas europeas en épocas pasadas, probablemente ocasionando la extinción de varias especies.


Otra característica especial de los colibríes es el pico. El Colibrí Pico Espada (Ensifera ensifera) tiene un pico casi tan largo como el cuerpo, de unos 10 cm. de longitud. El Pico espina de Dorso Púrpura (Ramphomicron microrhynchum) tiene por su parte un pico de apenas 5 mm. Los colibríes Pico de Hoz (Eutoxeres aguila) (Eutoxeres condamini) poseen un pico que se curva de manera pronunciada hacia abajo. Cada pico representa una especialización a un tipo determinado de flor que permite al colibrí ocupar un nicho ecológico particular y de esa manera evitar la competencia. Todas las especies prefieren las flores de color rojo o naranja brillante.


Sus patas son muy pequeñas y no les sirven para caminar, las usan para posarse y descansar en sitios altos de los cuales pueden "descolgarse" en vuelo; y muchas especies, no todas, para sostenerse mientras liban el néctar de la flor. Su lengua es larga y tiene forma de pajita, lo que le permite chupar el néctar con facilidad.


Los colibríes se alimentan principalmente de néctar de flores para obtener las calorías que necesitan; las proteínas las obtienen de pequeños insectos y arañitas. Esta alimentación, rica en energía por ser de azúcares simples, es la que posibilita su estilo de vuelo de gran consumo energético. Su pequeño tamaño, y consecuentemente su alto metabolismo, también necesitan de un alto consumo energético.


Cuando vuelan pueden hacerlo en cualquier dirección, incluso hacia atrás. Pueden mantenerse fijos en el mismo sitio mientras aletean hasta 80 veces por segundo en vuelo normal y algunas especies hasta 200 veces por segundo. El esfuerzo que demanda esta capacidad ocasiona que posean grandes músculos pectorales y un corazón que llega al 20 % del peso total.


Son excesivamente confiados, probablemente debido a su extraordinaria capacidad de vuelo. Esta característica, los pone en peligro frente a los gatos domésticos, llegando en algunos casos a situarlos en riesgo de extinción (Picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis).


Son muy territoriales. Los machos defienden agresivamente su área de alimentación, que dependiendo de la oferta de alimentos puede ser una planta o una superficie mucho mayor.


Cuando cortejan a las hembras, los machos realizan espectaculares despliegues aéreos. Después que las hembras han sido fecundadas construyen un pequeño nido forrado interiormente de tela de araña, algodón, líquenes y musgos. Por lo general el nido es construido en un arbusto de poca altura, pero puede estar en rocas, construcciones humanas, etc. La hembra pone dos huevos y los empolla durante 14 a 19 días. Luego la hembra alimenta a sus hijos durante unas tres a cuatro semanas yendo al nido hasta 140 veces al día para alimentar a sus pichones.


Durante la noche, y las especies de lugares fríos durante el invierno; los Picaflores entran en "torpor" (letargo); período en el que bajan su temperatura corporal y disminuyen los latidos de su corazón para poder permanecer privados de alimento.




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